Salió un decreto del emperador Augusto ordenando hacer un censo del mundo entero. Y todos iban a inscribirse,
cada cual a su ciudad. También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazareth en Galilea,
a la ciudad de David, que se llamaba Belén, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaba allí
le llegó el tiempo de dar a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre porque no había
sitio para ellos en la posada. Y en aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, viendo por turno
su rebaño. Y un ángel del Señor se les presentó. La gloria del Señor los envolvió y se llenaron de gran temor. El ángel les
dijo:”No temáis, os traigo una buena noticia, la alegría para todo el pueblo: hoy en la ciudad de David os ha nacido
un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí teneís la señal ; encontrareís un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
Y apareció una legión de ángeles que cantaban “Gloria a Dios en el Cielo y paz en la tierra a los hombres que ama el
Señor ». Fueron los pastores y encontraron a María, a José y al niño acostado en un pesebre. Y cuantos les oían lo que contaban
los pastores, se maravillaban. Y María guardaba todo esto y lo meditaba en su corazón.
Palabra de Dios
GOZOS Y ORACION FINAL
DIA CAURTO
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LA PRESENTACION
Lectura del Santo Evangelio (Lc.2,22s)
Cumplidos los cuarenta días de nacido, José y María llevaron al templo de Jerusalén para presentarlo al Señor, según está
mandado en la Ley de Moisés: “Todo primogénito sea consagrado al Señor”. Había en Jerusalén un hombre justo y
piadoso llamado Simeón. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Cristo del
Señor. Movido por el Espíritu vino al templo y al entrar los padres con el niño Jesús para cumplir con lo que prescribe la
ley, Simeón lo tomó en sus brazos, y bendiciendo a Dios dijo: “Ahora Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo
irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante los pueblos, luz para alumbrar las naciones
y gloria a tu pueblo Israel. Su padre y su madre estaban maravillados de las cosas que decían de El. Simeón los bendijo
y dijo a María su madre : « Este niño está puesto para caída y levantamiento de muchos en Israel, y para signo de contradicción
y una espada atravesará tu alma para que se descubran los pensamientos de muchos corazones ».
Palabra de Dios
GOZOS Y ORACION FINAL
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